Entre las razones que se esgrimen en esta llegada masiva, se habla de la venganza del Reino de Marruecos porque el Estado español ha cumplido la misión humanitaria de atender al paciente grave Brahim Ghali, líder del Frente Polisario. Se habla de un nuevo chantaje de Marruecos a España y a Europa para seguir cumpliendo su misión de vigilante de las fronteras europeas. Se habla de crisis humanitaria en Marruecos, del aumento de la pobreza, de las nulas posibilidades para los jóvenes, del descontento de la población por el apoyo del Gobierno Marroquí a Israel. Se habla del pasado colonial del continente africano y de la responsabilidad histórica de Europa en el expolio de África, que ha traído como consecuencia la pobreza que hoy empuja a las personas a migrar.
Las razones de esta tragedia son muchas y variadas, y habría que analizarlas una por una. Pero lo que más interesa a la REDGRA, plataforma que aglutina a 40 asociaciones preocupadas por las personas migrantes, es la vulneración flagrante de derechos que se está produciendo, nunca con tal intensidad en tan poco tiempo.
Muchos niños y niñas siguen en las calles de Ceuta fuera del sistema de protección. Aunque el Ministerio de Interior lo niega, diversos testigos presenciales confirman que se están realizando devoluciones en caliente de grupos de menores.
Las devoluciones están siendo masivas. Se está devolviendo a la gente en grupo, contraviniendo al Tribunal Europeo de Derechos Humanos y al Tribunal Constitucional que en 2020 decretaron ilegales las devoluciones en caliente y colectivas, obligando a que se individualizase cada caso. Nada de esto se está haciendo. Más allá de imágenes de humanidad y acogida que aparecen en los medios, y que se agradecen, las medidas de disuasión y bloqueo muestran actitudes de criminalización de las personas migrantes, que sólo luchan contra la desesperación y la ausencia de horizontes. Sólo buscan, como todos haríamos en su situación, una vida mejor.
El fenómeno de llegadas masivas que se está produciendo estos días en Ceuta es un signo más del fracaso de las políticas migratorias de España y de Europa. La REDGRA ya lo ha dicho en numerosas ocasiones: priorizar la seguridad de las fronteras por encima de la acción humanitaria, aparte de atentar contra los derechos humanos, no es una medida que resuelva nada. Si, además, la custodia de las fronteras se encarga a terceros países, Europa y España serán presa de las veleidades de gobiernos sin escrúpulos que ejercen su misión de crueles cancerberos, que no desaprovecharán la ocasión de chantajear a “sus patronos”.
La REDGRA, ante la crisis humanitaria de Ceuta, exige al gobierno español:
- Que aplique una política migratoria que priorice el respeto de los derechos humanos y la dignidad de las personas.
- Que promueva políticas solidarias entre todas las Comunidades Autónomas y los países europeos para la acogida e inclusión de las personas migrantes que llegan a nuestro territorio.
- Que facilite vías regulares y seguras que no pongan en riesgo la vida de quienes ejercen su derecho a la libre circulación.
- Que se garantice la seguridad de la infancia que migra sola.
- Que disponga en las fronteras los recursos administrativos necesarios para atender en el marco de la legalidad las necesidades de las personas que llegan.
- Y, finalmente, tolerancia cero contra los discursos de odio que criminalizan a las personas migrantes, convirtiéndolas en culpables en vez, de lo que son, personas que solo buscan una vida mejor.